Por Ben Belden (Fansided)
Notre Dame tiene su partido de primavera el sábado. Si bien hay muchas historias para observar, los receptores irlandeses seguramente serán una de las más analizadas.

Como escribí recientemente, Notre Dame se basará en un tipo de receptor diferente al que tuvo en 2018. La temporada pasada, los irlandeses no tenían un tipo de receptor rápido y superior contra las defensivas que esperan tener en 2019.
Cuando se trata de grandes jugadas, Notre Dame fue bastante abismal la temporada pasada, al menos de acuerdo con los estándares de lo que uno podría esperar de un equipo de Playoff de fútbol americano colegial. En la temporada, los irlandeses conectaron solo 3 pases de más de 50 yardas. Uno de ellos, sin embargo, fue la atrapada de Tony Jones, Jr. en el final de la temporada regular de Notre Dame en USC.

Dicho de manera liguera, los irlandeses necesitan ser más explosivos en el juego aéreo.
Gran parte de esa responsabilidad se basa en la confianza y la capacidad de Ian Book para lanzar una bola profunda y precisa. Sin embargo, esa confianza puede mejorarse si Book encuentra un receptor consistente de jugadas grandes que pueda ir y atrapar algunos de los pases profundos que Book pone ahí.

Y eso es lo que los fanáticos de Notre Dame deben ver en el juego de primavera.
La secundaria irlandesa se encuentra en un pequeño estado de flujo tras la pérdida de Julian Love a la NFL. Además, los irlandeses han estado trabajando en el uso de más presión en sus coberturas esta primavera. Esa receta debe presentar la oportunidad para que los receptores irlandeses puedan abrirse camino en el campo abierto. Los fanáticos de Notre Dame deberían esperar ver un par de grandes jugadas de pases el sábado, incluso si esto sucede a costa de su propia secundaria.
Chase Claypool, Michael Young y Chris Finke han sido los baluartes de los receptores irlandeses esta primavera y se encaminan a ser primer equipo rumbo al final de la primavera. Uno o más de esos muchachos necesitan hacer una gran jugada el sábado.

Para que Notre Dame tenga más éxito en los juegos grandes, la ofensiva tendrá que crear jugadas grandes para ayudar a sumar puntos y cambiar la posición en el campo. Será interesante ver cómo los irlandeses han mejorado en esa categoría desde el pasado diciembre.