Por Omar Ureña
SOUTH BEND, IN.
Las milicias de la fe están de vuelta en el campamento de primavera, los irlandeses han vuelto a luchar entre sí con sus armaduras. La legión de los nuevos caballeros de Notre Dame ha llegado en el preludio de la segunda temporada durante la pandemia. Mientras hierve la sangre de los novatos que están surgiendo, se escucha el sonido del oro siendo triturado por la experiencia de los audaces jugadores ‘seniors’. La defensiva de Notre Dame de este 2021 es una orden de jóvenes que están siendo adiestrados para la guerra y que además refuerzan su compromiso en las aulas. En este campus es requisito para los jugadores consolidarse como estudiantes atletas poderosos.
Es una nueva temporada en la que la defensa irlandesa se está transformando después de la partida de Clark Lea para hacerse cargo de Vanderbilt. El nuevo amanecer brilla en el lago St. Joseph despertando junto al calor de las flamas brillando en la cueva de las veladoras de Notre Dame, rezando, suplicando por una temporada esperanzadora. Este año la cabalgata es dirigida por el coordinador defensivo Marcus Freeman, que llegó con una nueva mentalidad y un sistema menos estricto. Bo Bauer está contento con esta libertad para que pueda divertirse tacleando a los portadores del ovoide. El LB de último año está motivado porque esta defensa permitirá que sus compañeros de la orden militar dorada jueguen un poco más libres y puedan concentrarse en atacar.

Para Brian Kelly esta defensa se basa en la capacidad caballeril de mover el frente, colocar múltiples jugadores para rotar de tres a cuatro defensivos sobre la línea, configurando los tackles defensivos para lanzar a los linebackers con una lanza para desmoronar su ofensiva como un castillo de arena.
“Esos linebackers pueden ser jugadores de un hueco y no importa si están tres o cuatro defensivos abajo”.
Los linebackers desean experimentar la movilidad del frente en la justa, es fútbol americano de caballería salvaje, batallas puramente uno contra uno.
“Si no movemos el frente con tres abajo, entonces los linebackers internos tienen que enfrentarse a los guardias directamente. Es football de agandalle, el del chavo grande siendo muy agresivo al frente”.
Para el coach Kelly, estos caballeros son la base de una gran unidad de ataque. Kurt Hinish (41), su coraje medieval y su hambre persisten después de una temporada exitosa. En una de sus actuaciones más notables, cabalgó e hizo tres tacleadas y además presionó al quarterback de Clemson, D.J. Uiagalelei en la victoria de 47-40 en doble tiempo extra sobre los entonces No.1 Tigres.
Jordan Botelho (17), el justador que brilló como novato en 2020 al registrar tacleadas contra Clemson, Louisville, North Carolina y FSU, está buscando el balón con rapidez.

Es sorprendente la intensidad que muestra Howard Cross III (56), quien tuvo dos tacleadas contra Alabama en la Semifinal de CFP en el Rose Bowl. Está Jayson Ademilola (57), que logró dos tacleadas en el juego del Campeonato de la ACC contra Clemson y su hermano Justin (19), quien registró tres tacleadas y una captura en la victoria de 31-17 contra el número 19 North Carolina. Los hermanos están poniendo su corazón en cada ejercicio y su ferocidad en el campo está teniendo un impacto en la forma en que se están desempeñando esta primavera.
La naturaleza es buscar y desmontar enemigos de sus caballos en otro tono y con una mejor mentalidad que la que vimos contra Clemson en el juego de campeonato de la ACC y contra Alabama en la semifinal del CFP, donde los guerreros defensivos azul y oro se mostraron rígidos. Esta caballería necesita arremeter en 2021 y convertirse en destructora de esquemas ofensivos. El DT de segundo año Rylie Mills (99) crecerá y será dominante. Entre las caras nuevas vemos a Gabriel Rubio, proveniente de la Preparatoria St. Charles Lutheran en Missouri y que está viviendo con pasión las peleas en las trincheras; es un joven noble, enérgico, determinado con sangre mexicana y un legado heredado de la NFL, siendo el hijo mayor de Angel Rubio, quien jugó con los 49ers de San Francisco y los Cardenales de Arizona. Gabe expande su alma con el #97 en el jersey y se prepara para conquistar el cielo. El coach Mike Elston lo ha observado:
“Técnicamente, con su padre como su coach en la prepa y ex jugador de la NFL, llega con mucha técnica, pero nuestras técnicas son un poco diferentes, así que está aprendiendo eso.”

Los recursos preparan de una manera científica a esta orden de caballeros para brillar en el torneo y acercarse al máximo para poder embestir al enemigo de forma más contundente. La profundidad del roster de Notre Dame depende de cómo moldean a sus guerreros desde el punto de vista físico. Vemos a Isaiah Foskey (7) en un proceso de crecimiento en el que ahora recibe muchas más repeticiones para trabajar en sus lances de guerra, además de ser asistido con sistemas digitales. Vivimos en tiempos de alta tecnología que mejora el conjunto de habilidades de los irlandeses y en el caso de Foskey el coach Kelly lo corrobora:
“No me refiero a aumentar de peso ni a perder peso. Mucho de esto tiene que ver con parte de la ciencia que usamos. Algunas de nuestras ciencias del deporte y omega wave y GPS para ayudarlo a jugar a su nivel óptimo.”
Las épicas batallas del año pasado son parte de la historia y algunos de sus héroes están listos para ser reclutados en la NFL. Siempre hay sueños dorados convertidos en una justa medieval que se desarrolla como un impulsor mecánico impactante, brillando como una armadura dorada.

La defensa irlandesa necesitará más que un enfoque científico para triunfar en los torneos frente al rey. Después de todo, son humanos viviendo debajo de la armadura y su ansia de gloria los empuja a derramar sangre y sudor áureos. La caballería irlandesa se aproxima al terreno de juego para medir su fuerza en el juego Azul y Oro el 1o de mayo. La ciencia para catapultar a los caballeros es una verdad poco común en Notre Dame, sin embargo los escudos, lanzas y espadas doradas en la pelea definen lo que significa este fútbol americano de tradición.