(Por Santiago Rubio)

Los Dallas Cowboys fueron uno de los peores equipos a la defensiva esta pasada temporada, permitiendo 29.9 puntos por partido y 473 puntos en toda la temporada, esta última cifra siendo un récord de la franquicia. Esto sin duda fue una sorpresa para los aficionados de la estrella solitaria, pues se esperaba que una defensiva repleta de nombres importantes fuera clave para una buena temporada de los Vaqueros tras la llegada de McCarthy. Sin embargo, las lesiones de Sean Lee y de Leighton Vander Esch y una baja de nivel significativa por parte e la mayoría de los defensivos resultaron en el despido del coordinador Mike Nolan y una decepcionante campaña para Dallas.

Ahora los Cowboys buscan recuperarse y regresar a la postemporada en este 2021 y la defensa tendrá que ser factor para lograr dichos objetivos, pues no pueden permitirse otra actuación como la del certamen pasado. Dallas comenzó la renovación de su defensiva desde arriba, pues el ex entrenador en jefe de los Falcons de Atlanta, Dan Quinn será el encargado de tomar las riendas de una defensiva joven pero talentosa, a la cual se le sumará un novato linebacker con hambre y habilidades como ninguno en su clase, pues la primera selección en la era de Dan Quinn en Dallas fue la joven súper estrella de Penn State, Micah Parsons.

El originario de Harrisburg, Pennsylvania fue el seleccionado 12° general a pesar de no jugar durante la temporada pasada por decisión propia y en vez aprovechó el tiempo para prepararse para el Draft de la NFL. Parsons es un linebacker de apenas 21 años con la capacidad de jugar como exterior o en medio de los otros dos linebackers. A pesar de su gran tamaño (1.88 m. 114 kg) es un jugador rápido y versátil, con la capacidad de evadir a los bloqueadores ofensivos facilmente y llegar al ovoide con rapidez para detener la jugada; A lo largo de su estancia en Penn State, Parsons demostró que contaba con un gran talento, de esos que se ven una vez cada generación, si no es que aún más, al final de su carrera colegial tanto sus números (191 tackleos totales, 6.5 capturas y 6 balones sueltos forzados) y su llamado al equipo All-American en 2019 lo ayudaron a ser considerado el mejor en su posición.

Parsons fue siempre caracterizado por su gran instinto y olfato para detectar los movimientos de sus rivales y ahora intentará llevarlo al próximo nivel e implementarlo en las complejas ofensivas de la NFL.

Esta selección se puede interpretar de diferentes maneras, una de ellas puede ser por que consideraron que Parsons era el mejor jugador disponible en el momento de la selección, sin prestarle tanta atención a su posición, y bien, la otra y mas lógica es que fue por necesidad, pues su linebacker titular y líder a la defensiva, Sean Lee anunció su retiro de los emparrillados esa pasada temporada baja y los Vaqueros optaron por jugársela con linebackers jóvenes y ágiles que puedan solucionar los problemas que tuvieron la temporada pasada. Parsons estará incorporándose a un ya mencionado cuerpo de linebackers joven, liderado principalmente por Jaylon Smith y Leighton Vander Esch, ambos con 25 años.

El talento de Parsons está probado, mínimo a nivel colegial lo está, sin embargo, tendrá que demostrar que puede seguir derribando al rival atrás de la línea de golpeo, forzando balones sueltos y utilizando su gran instinto para regalarnos jugadas impresionantes ahora que lo veamos jugar los domingos en vez de los sábados, ayudando al “Equipo de America” a borrar la terrible actuación a la defensiva en 2020

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