La depresión aleja a profundo de Texas del futbol americano (por Omar Ureña)

Taclear a un corredor a campo abierto es difícil, taclear a la depresión en territorio desconocido es doblemente difícil para un jugador, sobretodo a nivel colegial. El sábado pasado Texas vio partir a un profundo que con orgullo se plantó en el escenario de las redes sociales, Kobe Boyce anunció que se marchaba de los emparrillados. 

Cuando la mente está clara y en equilibrio, el detonante para jugar futbol americano a un nivel alto proviene de la motivación, encontrar la explosión para taclear, correr, lanzar, bloquear y patear con depresión, requiere de un trabajo extenuante para el estudiante-atleta. Para Oscar Clavellina, maestro de la Facultad de Psicología en la UNAM y ex jugador de Águilas Blancas y Pumas C.U. de Liga Mayor, la depresión es imposible erradicar pero se puede controlar, el ejercicio ayuda sin embargo la depresión permanece. “La depresión es una enfermedad y el ejercicio le ayudará a un atleta a controlar a la misma pero el contexto influye en dicha sintomatología.” Por esa razón cada individuo la vive de distinta manera; “un jugador de futbol americano con deudas económicas, con problemas familiares, y con una posible lesión suena a un contexto muy complejo frente a un cuadro depresivo. Es por ello que el sujeto debe de asistir con un especialista en la salud mental”.

El guerrero #38 de los Cuernos Largos lucha contra la depresión y decidió colgar las hombreras y el casco en Austin. Esta enfermedad golpea duro y es todavía más abrumador admitirlo frente al equipo, ya sea en Liga Mayor, NCAA o NFL. 

Los psicólogos deportivos que comparten más tiempo con atletas están conscientes de su vulnerabilidad. El otrora receptor de los Carolina Panthers, Steve Smith Sr. contempló ser atendido en casa por Tish Guerin, terapeuta de salud mental para los Panthers, el legendario y tosco guerrero temía que sus compañeros de equipo lo percibieran como “vergonzoso” al entrar a su sesión de terapia en las instalaciones de los Panthers.

Steve Smith Sr. , receptor legendario de los Carolina Panthers

Para el emblemático #89 de Carolina fue difícil hacer pública su batalla contra la depresión. Si al basarse en estudios que indican que 12% de todos los hombres sufren por lo menos un episodio significativo de depresión en su vida, podemos asumir que una parte de los ex jugadores de fútbol americano profesional se encuentran en ese grupo.

Las historias se repiten en la NCAA, hace cinco años Isaiah Renfro receptor de los Huskies de Washington se encontraba en un infierno, siendo excelente estudiante y uno de los jugadores más sagaces del equipo, escondía su lúgubre energía y sonreía para ocultar su depresión porque le aterraba que sus coaches y compañeros de equipo pensaran que era débil.

Isaiah Renfro intentando atrapar un pase contra Washington St. en 2015. En ese mismo año el receptor #18 sufrió de una depresión severa (Sean Brown/Cal Sport Media)

La Universidad de Washington le proporcionó una terapeuta pero no encontró un método para prevenir la situación cuando él se sintió al borde del abismo. La depresión de Renfro era severa y sus sentimientos se encontraban apabullados. Isaiah salió de la Universidad de Washington. Todavía era más siniestra la enfermedad para Isiah cuando se enteró de la muerte de un jugador a quien él conoció: Steve Hilinski, el QB de los Cougars de Washington State que se suicidó en 2017, como consecuencia de una encefalopatía traumática crónica (ETC), la condición que crea efectos como una depresión profunda. La entereza de Isiah lo llevó a encontrar un nuevo hogar como estudiante-jugador en Portland State. 

Isaiah Renfro, ex receptor de los Huskies de Washington

 Tanto para Isiah Renfro y Kobe Boyce su inicio en este campo mental desconocido los marcó por intentar vencer como atletas a la depresión y a la ansiedad sin saber que las causas tenían profundas raíces genéticas. Es triste saber que Kobe Boyce no recibió ayuda para prevenir su retiro del fútbol americano, siendo uno de los últimos prospectos reclutados por Charlie Strong. En 2020, se esperaba que Boyce compitiera por el puesto de corner detrás de los juniors Jalen Green y D’Shawn Jamison.

Isaiah abraza a su madre, Chieko Woods, después de una práctica en Portland State (Ruth Fremson/The New York Times)

En College Station, Texas, el enfoque de los Aggies es más alentador, el departamento de asesoramiento deportivo y psicología deportiva de Texas A&M atiende a los estudiantes atletas Aggies mediante los psicólogos Ryan Pittsinger y Lauren Craig, quienes ven a atletas de todas las disciplinas deportivas de Texas A&M, 65% de estos estudiantes atletas encuentran una relación inmediata en su desempeño en las canchas, pistas y arenas con su salud mental y detectan cómo puede afectar su rendimiento deportivo. 

Es imperante que los equipos de todas las disciplinas deportivas en una institución de educación superior cuenten con una estructura de ayuda psicológica. En México la institución que se ha abocado más a la atención psicológica de sus estudiantes atletas es la Universidad Autónoma de Nuevo León, en los programas de fútbol americano de categoría juvenil, intermedia y liga mayor los Auténticos Tigres cuentan con el apoyo de la Psicóloga y profesora, Dra. María Marentes. Para ella es esencial que el estudiante atleta comprenda sus procesos.

Los Auténticos Tigres cuentan con el programa “Apoyo psicológico” supervisado por la Dra. María Marentes Castillo (Auténticos Tigres UANL)

Boyce escribió para sus seguidores: “No estás solo”, él sintió la necesidad de expresar la mecánica de este proceso doloroso, el decir adiós después de haber sentido la adrenalina de abrir 6 juegos en 2019 y de vivir la intensidad en los juegos contra a Oklahoma y LSU, los juegos no. 8 y no. 6 más vistos en TV en 2019.

Asumiendo que la depresión como enfermedad se considera una lesión, los daños creados para Boyce, son martirizantes, sin detección y seguimiento de un psicólogo, no hay sentimiento más cruel y vacío para un jugador que el llegar a rendirte. La derrota, el sentimiento de fracaso puede ser abrumador y deseamos que Boyce encuentre su camino a la paz mental y espiritual. “Cuídate y cuida tu salud mental porque no podrás operar en cualquier cosa que hagas si tu cabeza no está en el lugar correcto”.

Kobe Boyce (38) frente al corredor de LSU Clyde Edwards-Helaire (22) en el Royal-Memorial Stadium en 2019. (Stephen Spillman/Statesman]

Y así, simplemente el jugador abandona el equipo con muchas dudas después de que le costó tanto llegar a ser uno de los soldados texanos que se morían en la cancha en el antes Darrell K Royal Memorial Stadium, el hecho de que los Longhorns lo dejaron partir en lugar de abrigarlo y ayudarlo a ser parte del equipo es doloroso. El silencio se lleva la oportunidad de luchar en el emparrillado aunque sea una vez más por sus hermanos Cuernos Largos.

One comment

  1. Ya que la depresión es una enfermedad. Y aunque no se quiera patologizar o categorizar como algo negativo el sujeto que la padece vive la depresión de una forma muy particular.

    El ejercicio le ayudará a controlar a la misma pero el contexto influye en dicha sintomatología.
    Ej. Un jugador de football americano con deudas económicas, con problemas familiares, y con una posible lesión suena a un contexto muy complejo frente a un cuadro depresivo.

    Es por ello que el sujeto debe de asistir con un especialista en la salud mental.

    (mhGAP guía de intervención-OMS)

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